We Golems!

 

El nombre golem hace referencia a una figura mítica: una criatura moldeada por manos humanas a partir de materia inerte, a la que el lenguaje da vida y propósito. El gólem es un sirviente, un protector, pero también una figura ambigua, una advertencia sobre los límites del poder creativo. En el contexto tecnológico actual, el mito resurge como metáfora de las entidades técnicas que replican -o sustituyen- las facultades humanas.

Mi vínculo más inmediato con el mito proviene del poema de Borges. Allí, el rabino —el creador— contempla a su criatura con ternura y con horror, hasta que, en los últimos versos, Borges desplaza la mirada:

"¿Quién nos dirá las cosas que sentía Dios, al mirar a su rabino en Praga?".

Ese cierre, que invierte los términos del poder creador, me interesa particularmente como modelo para pensar nuestra relación con la tecnología: no se trata simplemente de herramientas neutrales, sino de sistemas que nos devuelven una imagen transformada de nosotros mismos.

Me atrae el 3D no como representación directa del mundo, sino como reconstrucción especulativa de lo que percibimos como real. En este gesto, lo técnico -normalmente asociado a la frialdad, la exterioridad y la instrumentalidad- es absorbido por el reino de lo sensible. La imagen digital no es sólo una superficie visual, sino un teatro de relaciones. En ese espacio intermedio, quizá el golem ya no sea un monstruoso otro, sino un espejo inquietante. Parcial. Íntimo.



3D

We Golems!

2024

3D